Funny Games (1997) es una de las películas indispensables para cualquier aficionado al cine. Sencillamente espectacular. Escrita y dirigida por el austriaco Michael Haneke, regeneró el sentimiento dramático del séptimo arte, convirtiéndose en una crítica a la violencia aburguesada desde la instrumentalización de la propia violencia.
Para ello, dos personajes "artefactos" -como dice el propio director- y arquetípicos, quienes representan el odio de la nueva clase media-alta alemana. Para los protagonistas, Paul y George, la vida es sólo un juego.
Un film que tendrá su remake este mismo año, dirigido también por el propio Haneke. En una entrevista concedida a un periodista frances desentraña toda la esencia de esta obra maestra:
Para ello, dos personajes "artefactos" -como dice el propio director- y arquetípicos, quienes representan el odio de la nueva clase media-alta alemana. Para los protagonistas, Paul y George, la vida es sólo un juego.
Un film que tendrá su remake este mismo año, dirigido también por el propio Haneke. En una entrevista concedida a un periodista frances desentraña toda la esencia de esta obra maestra:
Primera parte de la entrevista:
Segunda parte de la entrevista:
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