Una apuesta fallida a la hora de innovar en el género

Empieza con un ritmo trepidante y promete grandes cosas, pero Hancock (2008) se queda en un simple intento fallido por renovar el género de superhéroes. El director -Peter Berg- consigue un film entretenido y dirigido a un público familiar, que no tiene ningún punto en común con la aclamada El caballero oscuro (2008).

No se pueden comparar estas dos cintas porque persiguen fines absolutamente diferentes. Mientras que la primera es una cobarde apuesta por la innovación en el género, la obra de Cristopher Nolan es un thriller negro para adultos -con un hilo argumental complejo y difícil de seguir-.

Hancock es entretenida y nadie lo puede negar. En un primer momento consigue sorprender al espectador con una narración irónica, que recupera el humor histriónico de las películas de acción de los 80.

Pero la cinta va perdiendo fuerza en cuanto el público se aburre de la originalidad inicial. Durante todo el metraje nos preguntamos porqué el protagonista tiene esos superpoderes -¿cuál es su origen?- y esa cuestión es realmente la que logra retenernos ante la pantalla.

La trama se va enrevesando poco a poco y un incidente -que no desvelaremos- reconduce ese film extravagante y revulsivo que era, en una película predecible y al hilo del resto de 'superheroedadas' a las que Hollywood nos tiene acostumbrados.

En definitiva, Hancock es divertida y recomendable para pasar un buen rato. Pero... ¿Cómo competir con los dos grandes superhéroes del 2008? ¿Qué hacer contra Iron Man y Batman?

Tráiler de Hancock:

1 comentario:

Curro dijo...

Pues a mí me entretuvo...

Por cierto mi primo pequeño se ha comprado una caja nueva de plastidecor, y me ha dicho que si quieres que te haga el banner... jajaja