A mí, sinceramente, hay
cosas que no me cuadran. En Venezuela deben de tener el punto de mira desviado, porque cuándo
apuntan al oso -metáfora al canto- para proteger a la gente, terminan
dañando al pobre niño que miraba desde la valla. ¡A ver!, ¡nos situamos! Ayer me cené una noticia en la que se anunciaba que
el Gobierno venezolano ha decidido prohibir Padre de Familia (1999-actualidad). El motivo: el órgano que vela por los espectadores de televisión comprendió como una
incitación al consumo de marihuana el hecho de que
Bryan -el respetable perro de la serie- comenzará en la ficción una
campaña para legalizar la marihuana. De verdad, ante casos tan ridículos como éste me parece increíble que haya que dar argumentos en contra de tal situación. Pero aquí
un decálogo de razones de por qué esta prohibición es una gilipollez:
1. En el capítulo al que hace referencia el Gobierno venezolano, Bryan defiende la legalización de la marihuana. ¿Es esto una incitación al consumo? Yo creo que no. Es tan sólo la libre manifestación de una postura, con la que se puede estar de acuerdo o no.
2. El argumento para prohibir la emisión de Padre de Familia es la defensa del espectador -algunos medios especifican, la defensa de los menores-. Por un lado, si a quién se defiende es a los menores, creo que es suficiente con emitir la serie fuera del horario infantil -algo que no se hace en España y que debería sancionarse o modificarse la ley en su caso-, pero no prohibirla. Pero si se defiende al espectador en general, pregunto: ¿quién coño es el Estado para proteger a un ciudadano libre de una posición legítima y democrática como es la defensa del consumo de marihuana?
3. No es una defensa del espectador, es simplemente censura ideológica.
4. Aún así, si se considera que ese capítulo incita al consumo de marihuana,
¿por qué prohibir la serie completa? ¿Por qué no censurar sólo un capítulo?
5. Es un atentado contra la libertad ideológica y de expresión.
6. Confundir ficción y realidad es algo inaceptable en una sociedad moderna. No se puede prohibir una película, serie, libro..., porque lo que en ella ocurra sea ilegal -aunque no sea el caso-. No es real, es ficción.
7. El ciudadano es mayor de edad, no necesita que el Estado sea su tutor para que le tenga que dejar ver o no ciertas actitudes en la ficción. Sería como prohibir El triunfo de la voluntad (1934) porque incita al nazismo.
8. Ya
se hizo lo mismo hace un año con Los Simpson (1989-actualidad), también prohibidos en Venezuela por ser
una mala influencia para los niños. Esta serie fue sustituida por
Los vigilantes de la playa (1989-2001) -las tetas de
Pamela Anderson están mucho mejor, no digo yo que no-. Por tanto, yo no hablo de que en Venezuela haya una campaña contra las series estadounidenses, sino
contra la libertad de crítica.
9. Es curioso que se eliminan dos series irreverentes y que
incitan a la crítica del poder establecido, sin importar la tendencia ideológica.
10. Es una gilipollez.