Cuando se muestra un solo Camino

El poder del séptimo arte reside en su capacidad para transmitir sensaciones. Pero hay casos en los que el omnipotente cine sólo puede provocar una indescriptible angustia. Es el caso de Camino (2008), de Javier Fesser. Este, como bien decía Carlos Boyero, es un film que se sufre; porque el director narra una trama salvaje e injusta, que desgarra las paredes más protectoras del alma.

La cinta es atroz simplemente porque la víctima de la barbarie es una niña enferma y desamparada -sobrotodo, espiritualmente-. Fesser quiere contar una historia que haga entrever las intenciones malévolas del autoritarismo y sectarismo en nombre de un Dios. Para ello, la obra retrata una fábula desvirtuada de su final feliz y el cineasta ejerce como torturador de un público absorto.

El metraje -cargado de metáforas, dobles sentidos y diálogos inquietantes- llama a una reflexión que se apoya en unos personajes muy trabajados. Desde la abnegada madre -que representa, tal vez en demasía, un papel ruin y perveso-, hasta el impotente padre que sólo quiere amar a sus hijas. Tan sólo chirría las excesivas escenas de quirófanos y las repetitivas pesadillas, pero los niños -en especial Nerea Camacho- dotan a la cinta de un realismo mágico.

De por si, hablar del Opus Dei ya genera polémica. Esta secta de carácter totalitario y retrógrado ha salido a la defensiva, volcando en los blogs un sinfín de comentarios donde desaconsejan la visualización de la cinta. En ese despliegue de medios no sólo critican al film -entre sus argumentos destaca el considerarlo un ataque contra la familia en la que se inspira la película-, también marcan las directrices claras a seguir: no se debe ver Camino.

Pero no se equivoquen. Fesser ha conseguido erigir una tragedia asentada en tres pilares básicos: infancia, vida y libertad. Desde ellos, rescata una crítica al injusto poder de los fundamentalistas religiosos - que existen en España-, cargada de estereotipos pero válida en muchos sentidos.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya se ve que, después del fracaso en taquilla (la 7ª película de la semana pasada, y eso que no había muchas más), a Fesser le interesa crear polémica antes del fin de semana.

Cometí el error de ir a ver Camino, lo cual sólo me hizo pasar un mal rato con una película larga, lenta y sangrienta. Estoy de acuerdo con los críticos: el tema se aborda lentamente y la película resulta como una patada en el estómago. Tuve que irme al cabo de dos horas de película… y todavía le quedaba lo peor, según me han contado.

La película ya está en la red para descargar. Os recomiendo que os la bajéis y gastéis ese dinero en unas buenas copas, en lugar de pasar un mal rato en el cine.

Alejandro Marcos Ortega dijo...

Yo creo que no sería capaz de verla entera tampoco, no soy muy fan de las películas de ese estilo... para sufrir no se va al cine, aunque si que creo que muchas veces es necesario todo eso para que nos demos cuenta de muchas cosas. No sé si la polémica le interesa más al director o al opus dei....

Dirty Clothes dijo...

La vida de Conchi y su familia cambió cuando firmaron un contrato millonario a cambio de que su vida se retransmitiera a través de la web las 24 horas del día. No sabían donde se metían...

Anónimo dijo...

Buenos días, estimado Bloger@.
Te escribo para hacerte una proposición honesta y sin malicia.
Nada de intercambio de votos ni mamoneos parecidos, es más sencillo.
Mi blog recibe una 300, 400 visitas diarias y de 30 a 40 comentarios por entrada. En el tengo una sección que se llama “Gente de puta madre + IVA” en la que pongo la cabecera y enlace de mis blogs amigos. Casi sin querer se a formado una pequeña comunidad con interese mutuos y en la que intercambiamos visista, opiniones y comentarios. Con esto del concurso esta pequeña comunidad va creciendo día a día.
Mi proposición es la siguiente, yo te incluyo en nuestra pequeña comunidad y, a cambio, tu me visitas, me juzgas y si realmente crees que me lo merezco, pues me das un votito en la sección de “Actualidad” Si no fuese así, no te preocupes, me conformo con que tu me enlaces a mi, me lo comuniques en mi blog y nos hagamos ciberamigos que, al fin y al cabo, será lo que nos quedara y el mejor premio que obtendremos de toda esta locura. ¿Oka?
Espero tu respuesta y, si me encontrases digno de recibir tu voto, me harías doblemente feliz.

Muchas gracias por dedicarme parte de tú tiempo.

Entrevagones dijo...

Pues yo estoy deseando ir al cine para pasar un exquisito mal rato.

Anónimo dijo...

Fesser sigue punto por punto en esta pelicula la vida de Alexia González Barros -ciudades, paisajes, contextos y diálogos- pero los vuelve del revésy los deforma según su prisma ideológico, para que se piense que lo que cuenta es real.
Es decir, donde en la historia real la madre tuvo un comportamiento maternal y humano, Fesser lo cambia en la película por una conducta dura, de forma que el personaje es el de una fanática- En la realidad, por ejemplo, la madre le decía a alexia que se quejara; en la película, le riñe por quejarse. Y todo así.

No es sólo el tema aplauso final. Fesser dijo con toda contundencia en San Sebastian que ese aplauso había sacado del libro. Luego, cuando un hermano le hizo ver esa falsedad, dijo que era “un aplaudo simbólico”.

Toda la película es una contradicción. Empieza diciendo que está “inspirada en hechos reales”, y acaba con la dedicatoria final «A la memoria de Alexia González-Barros, fallecida en Pamplona en 1985, y, actualmente, en proceso de beatificación».
Como he leido en un blog, que no es nada sospechoso de estar a favor de la familia "Si alguien escribe un libro sobre cómo superar la propia corrupción política, y se lo dedica al senador fulano, fallecido, ¿qué han de pensar sus deudos? ¿Con qué derecho, se pregunta la familia de Alexia, le dedica Fesser la película a su hija difunta? ¿Es una declaración de afecto, de un director admirado por la persona en la que se «basa» el personaje que ha creado? ¿Es una ironía final, algo así como decir «todo esto que han visto ustedes ha acabado, en la realidad, en un proceso de santidad»? ”

Eso mismo me pregunto yo. Si es una ficción: ¿por qué se la ha dedicado a ella? ¿Para provocar polémica con las cartas a los familiares y ganar en publicidad, como está haciendo semana tras semana?
Fesser ha ido cambiando de argumentacion: decía al principio que todo era realidad; y luego que todo era una hipótesis de Alexia.
Lo segundo es increible: ¿Alexia pensaba realmente que su madre era una fanática, tal como la pinta Fesser? ¡Vaya hipótesis! Fesser desea que la gente odie lo mismo que él odia –algo legítimo- pero lo hace utilizando la mentira y manipulando la historia real, para fomentar el odio. Nada pasó como lo cuenta Fesser. Es un relato totalmente manipulado. Basta ver la página alexiagb.org y escuchar, ver y leer lo que dicen los testigos de su vida.

Y yo pregunto: ¿Es ético aprovecharse de la tragedia de una familia real y maltratar la memoria y la vida de dos mujeres muertas?

Ahora, al que la ética y el sufrimiento ajeno le de igual, que disfrute con la película.