Buscando el 'american dream'

Will Smith es el gran Rey Midas de Hollywood. Lo dicen las estadísticas y los expertos en la explotación del celuloide, pero sobre todo lo gritan las ingentes cantidades de dólares que se acumulan en las arcas de las productoras que apuestan por el gran Príncipe de Bel-Air. Allá por los 90, tuvo su época dorada en la televisión -acompañado por el bailón Carlton Banks- y desde que se decidió por el séptimo arte, no hace más que imponer su imperio con taquillazos. El pasado año hizo doblete con Hancock (2008) y Siete almas (2008), aunque en esta ocasión nos retrasaremos un poco más en el tiempo para poder hablar de En busca de la felicidad (2006).

El actor estadounidense interpreta a Chris Gardner, un inteligentísimo soñador que tiene que combinar el criar a su hijo -el propio infante de Smith- con su periodo de prácticas en una compañía de bolsa. Lo que comienza como una fábula sobre la inestabilidad económica de la baja clase media americana; se pierde en el intento de entremezclar la mirada ingenua del niño con el amor incondicional de un padre que arrastra la sensación de poder fracasar.

El inconsistente guión se sobrepone a la personalidad de Smith, que asume la responsabilidad de la película y se echa a la espalda 90 minutos de desgracias y sensiblería. Hay tiempo para pañuelos y mocos, para risas y cubos de rubik. Incluso el vestuario de los 80 es objeto de oportunas bromas sobre pantalones y camisas.

Al final, lo que se quiere demostrar no es ni mas ni menos que la suprema existencia del sueño americano, auténtico protagonista de la cinta. Ese ente superfluo e intangible, que sobrevuela la mente de una población que decidió en su día aferrarse a lo posible y renunciar a la realidad.

3 comentarios:

Alejandro Marcos Ortega dijo...

lo raro es que este hombre no se haya encasillado con el paso de los años...

Moncho Veloso dijo...

Cuando fui a verla al cine no sabía ni de que iba, fui a ciegas. Me pareció una película sobria, sobre todo por el papelón de Smith en un registro muy diferente al que nos tiene acostumbrados. A pesar del sueño americano y de las lágrimas de cocodrilo, peliculón.

pablo dijo...

Una historia para mi agradable, aunque quizá demasiado trascendente. Pero muy bien dotada de un toque de sesibilidad, recordando a aquel Capra, y su siempre sueño americano.
Excelente reseña amigo mio. Saludos!!!
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