Reparto de lujo en 'L.A. Confidencial'

Comenzar a hablar bien de L.A. Confidencial (1997) es tan fácil como remitir a su espléndido reparto. Kim Basinger está arrebatadora, sexy, perversa y peligrosa; Russell Crowe es arrogante y amoral; Kevin Spacey adquiere tantos registros que resulta inclasificable; DeVito se reinventa a sí mismo; Guy Pearce es repugnantemente trepa y ético; y James Cromwell es el hilo de una trama enrevesada que sólo su genial maestría dramática puede encauzar.

En 1997 la alfombra roja de los Oscar no hizo justicia, como suele pasar, y esta redefinición del thriller policiaco -un claro origen, junto a Seven (1995) de David Fincher, de lo que los críticos llamaron neonoir- tan sólo alzó dos estatuillas. En cambio, el lacrimoso éxito taquillero de Dicaprio, Titanic (1997), obtuvo once.

Pero el tiempo pone las cosas en su sitio y las buenas películas donde se merecen. Mientras que el Soy el rey del mundo de Leonardo hay que buscarlo con lupa en los videoclubs, a los corruptos personajes de Los Ángeles se les coloca junto a los clásicos del siglo XX. Eso sí, reducir el metraje a una sinopsis de unas cuantas líneas es complicado, basicamente porque esta cinta esconde un sinfín de subtramas y enfrentamientos entre los protagonistas. Algo tan complejo que se hace imposible explicarlo en un simple parrafo.

L.A. Confidencial es una película con mayusculas, una cinta de culto y un profundo retrato de los entresijos del poder. Abrazado por las ansias de popularidad, Spacey se convierte en el escudero imprescindible de Crowe y Pearce, quienes aglutinan las atenciones del guión. Pero los mimos de la historia son para Basinger, irreductible mujer sólo al alcance de los privilegios que regala la sima de Hollywood.

La narración se versifica de la mano de Devito, autor de Secretitos, que le otorga la originalidad a un mundo de perversión marcado por las drogas, el sexo y la corrupción. Además, faltos de Rock and Roll, la acción enmarca un final épico, idóneo para mentes abiertas a la nueva generación del mejor cine negro. Es un chantaje emocional al amor: "Esto es Los Ángeles y tú no tienes alas".


2 comentarios:

Alejandro Marcos Ortega dijo...

Muy buena si señor. ¿A quién le importan los Oscar?

Alejandro Marcos Ortega dijo...

Muy buena si señor. ¿A quién le importan los Oscar?