Morbo en 'Acoso'

Lo peligroso del morbo en una película es que éste se convierta en el eje fundamental y en el único recurso factible para un director. Si nos adentramos en Acoso (1994) -de Barry Levinson- encontramos en la cinta más que sexo, aunque este elemento se transforme en el principal recuerdo de todo aquel que se decide por visionar el metraje.

Eso es lo patético del film: que el realizador haya sido demasiado torpe e incapaz de evitar que una escena -de menos de cinco minutos con contenido explícitamente sexual- eclipse la correcta actuaciación de Michael Douglas y a la despampanante Demi Moore. Por lo demás, nos hallamos ante la clásica película de suspense de los 90, aliñada con la fuerza narrativa de Michael Crichton, autor de la novela homónima y en la que se basa la cinta.

La historia cuenta como un alto ejecutivo de una empresa de tecnología punta es acusado de acoso por su jefa. Con unos giros de guión impredecibles, el argumento trata de los juegos de poder dentro de las grandes compañias. Presenta unos personajes que se pisotean y se odian, en un marco donde la competencia es la única ley. No hay moral, ética y mucho menos relaciones de amistad.

1 comentario:

Alejandro Marcos Ortega dijo...

Al menos tú has podido ver más allá de esas escenas torpes, pero creo que eran necesarias en esa época quizás para atraer al tipo de público al que se quería atraer.