El pasado marca a la 'Gente Corriente'

Cuando se habla de Gente Corriente (1980) -dirigida por Robert Redford- se puede llegar a encasillar esta película en el género dramático. El problema de este argumento, simplista y reduccionista, reside en que esta cinta no ofrece sólo al espectador las penas retenidas en la lágrima fácil. El cineasta estadounidense descarta este recurso para -interpretando de manera excepcional, tanto él como todos los actores, el guión de Alvin Sargent- adentrarse en los problemas de una familia estadounidense.

A causa de una desgracia, el modélico entorno de los protagonistas se rompe de manera radical y el pasado se convierte en el eje fundamental de unos personajes que, o se odian o se aman, pero siempre enmascarados por el qué dirán.

La fotografía característica de principios de los 80 se muestra como el marco perfecto a la hora de ensalzar la mediocre ordinary people de los EEUU. Dentro de esa tendencia de Redford a la fábula moral , esta vez -debe ser por el hecho de ser su ópera prima- se conforma con una pequeña crítica y avanza por los entresijos de las relaciones personales.

Aunque fue nominada a seis Oscars y levantó cuatro de ellos -ganando a Martin Scorsese y a su Toro Salvaje (1980)-, lo que restara de este film son las magníficas interpretaciones. Nadie podría dotar a un personaje de tanta frialdad como lo hace Mary Tayler. Por su parte, el jovencísimo Timothy Hutton arranca el ritmo perfecto de los diálogos que, junto a Donald Sutherland, generan un dramatismo profundo y perfeccionista.

2 comentarios:

Alejandro Marcos Ortega dijo...

No la he visto así que me la apunto!

Anónimo dijo...

Sensacional debut de Robert Redford detrás de las cámaras. Y en donde creó una película de excelente factura y llena de un sensacional realismo. Muy buena tu reseña amigo mio. Saludos!!!
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