Más corrupción policial

Cuando Ciudad de Dios (2002) irrumpió en el mercado internacional, los críticos dijeron que era una nueva mirada a la pobreza, un intento por redescubrir la miseria de las favelas. Tanto incidió esta cinta en el cine brasileño, que seis años despúes José Padilha presenta Tropa de Élite.

Este metraje consigue hacer dudar al espectador entre lo que está bien y lo que no. Y es precisamente esta herramienta su mayor logro: el público llega a justificar las torturas y asesinatos de los protagonistas.

De esta forma, los personajes consiguen prender al espectador, generando la empatía suficiente para que estos les perdonen lo que hacen. La principal sensación que desprende el film es que todos los atropellos no son más que un mal menor, una forma de solucionar el verdadero problema de las favelas de Río de Janeiro: la droga.

El director nos presenta a un grupo de policías de élite, el BOPE, cuyo logotipo es una calavera atravesada por un puñal y dos pistolas. A través de estos nos adentramos en la pobreza y ahondamos en la corrupción de Brasil.

La película adquiere un ritmo trepidante al tiempo que avanza la trama. El uso de la voz en off -uno de los instrumentos cinematográficos más difíciles de utilizar y un riesgo que muchos no quieren asumir- hila de manera bastante acertada los entresijos de la historia.

Una cinta muy recomendable y que ya recibió su gran reconocimiento: el Oso de Oro en el Festival de Berlín.


1 comentario:

Alejandro Marcos Ortega dijo...

No he visto ciudad de dios, sin embargo he oido sus críticas y es una de mis películas pendientes. Espero que esta al menos esté a su altura.