Apta para una sesión palomitera, 'La Profecia II'

En primer lugar, hablemos de los antecedentes. En 1976 un tal Richard Donner -quien posteriormente diera el gran bombazo con Superman (1978)- presentaba al público La Profecía (1976), brillante película de terror que mantenía en la cumbre al género tras la aparición de El Exorcista (1973). Pero el cineasta, ocupado con la primera parte de la historia sobre Clark Kent, decidió sumarse a la producción ejecutiva de La Profecía II (1978) y dejarle las labores de dirección a Donald Taylor. El resultado no es desechable, aunque tampoco estamos ante una nueva maravilla del terror.

La historia sitúa al espectador en la adolescencia de Damien, el temible niño de la primera entrega. Ahora, ya más crecidito, acude a un colegio militar junto a su primo. Allí encontrará a su nuevo mentor, encargado de adentrarle aún más en ese 'maravilloso' mundo de la maldad, el asesinato, la sangre y el parricidio. ¡Vamos!, el Sócrates del siglo XX. La película versará entonces en torno a las probabilidades de hallar en el chaval un resquicio de bondad, una posibilidad que parece remotísima si tenemos en cuenta que es el hijo del Diablo.

Carente de emoción e intriga, el guión se nutre de una continua sucesión de asesinatos, con algunas escenas deliciosas para el paladar más rebuscado. Pero ni siquiera se puede hablar del típico enfrentamiento entre el bien y el mal, ya que el segundo es el único que presenta durante el metraje argumentos para alzarse victorioso. Es un simple intento por perpetuar el éxito comercial de su antecesora. Entretenida, sin más, y apta para una sesión palomitera en casa a media tarde.


1 comentario:

Alejandro Marcos Ortega dijo...

creo q me coinformaré con la primera... jejeje