Terror en blanco, 'Déjame entrar'

Déjame entrar (2009) fue el nombre elegido por el sueco Tomas Alfredson para titular su última obra. Hay en esas palabras una belleza metafórica escondida, un arte intrínseco que se exterioriza al conjugarse el celuloide con la pantalla de cine. Es esta película un ejemplo magnífico de cómo utilizar la fotografía en una cinta, de cómo dotar a cada plano de un contenido mayor que el que se desprende a simple vista. Es en ese out of camera tan sugestivo, en la capacidad para transmitir sensaciones, donde explota este film sobre vampiros, amor y sufrimiento.

El metraje nos traslada hasta unos suburbios de Estocolmo en los años 80. Entre la monotonía arquitectónica y un paisaje nevado, se fraga una historia de venganza y resignación. Su protagonista es tan sólo un niño, casi adolescente, pero aún en esa endeble línea que separa ambas etapas vitales. Mientras el chaval imagina cómo evitar los abusos de unos compañeros de clase, aparece en su barrio una nueva niña, una niña vampiro.

Con un guión entrecortado, que aguanta a tirones el pulso narrativo, avanzamos hacía el trágico e inocente amor imposible. La sangre, desdibujada en la nieve, como telón de fondo para adentrarnos en una mezcla extraña, una experimentación inusual que en cualquier revista de gafapastas calificarían como neothriller de terror o post-horror traumático.

La tensión, elemento fundamental en el género, sufre repentinos altibajos; pasando de unos picos de angustia elevadísimos a preguntarnos el porqué de los acontecimientos, cuál es la hoja de ruta planteada por el director. Esas contradicciones emborronan una película brillante en lo estético, que termina con un final perfecto, estremecedor, no apto para cardiacos.

1 comentario:

kei dijo...

Es una gran peli, quizás no apta para impacientes porque va pasando todo lentamente, como el buen cine europeo y ahí está la clave, porque en el aburrimiento nunca cae. Es la vida pasando hasta que sucede algo inusual. Solo que hay una vampirilla por ahí rondando. La ví en español y ahora quiero verla en francés.